Manilo: ácrata y libertario. Don Felipe B. presidente de la República.

 

Mi amigo ni felicita fiestas ni tiene buenos deseos para el año nuevo. Él dice que practica, o lo intenta día a día. Y al que no le guste pues qué le vamos hacer. No discuto más sobre el tema: le comento que al menos un día,… Y él que paparruchas. Lo dejamos por zanjado.

Me sorprende. De un tiempo a esta parte, creo que ya lo he comentado, está inquieto. Y aunque no lo diga, creo, que ve más televisión de la cuenta. La prueba una vez más: me suelta una perorata sobre el primer discurso del Rey. Calculado, alrededor de los 14 minutos. La puesta en escena como corresponde a los nuevos tiempos televisivos. La expresión, el movimientos de las manos, quizás al sastre para la próxima un poco más de pata de pantalón, el entorno, las fotos, el belén, quizás un ligero tono festivo. Insuperable. Esto me lo suelta rápido. Donde deja claro, aunque sé que no comulga con lo que dice el jefe de estado, es el la forma y el trato de los temas: desde la corrupción, hasta los independentismos, pasando por el paro, las desigualdades, la justicia social, el estado del bienestar,… Vamos dice Manilo un resumen político que más de uno quisiera para sí. Convincente, sereno; en definitiva madera de líder. Sin más me cuelga y me deja pensando. Me estoy acordando de las últimas hazañas deportivas. ¿No nos diferenciamos tanto del resto de Europa?. Mi gozo en un pozo. Seguimos siendo diferentes. Dentro de poco, que digo dentro de poco; ya. El campo lo han embarrado. Como en los viejos tiempos cuando los grandes iban a los campos de los pequeños. Cada uno juega con sus armas decían. ¡Hombre!, alguien contestaba, pero que el campo de batalla, al menos, que sea el reglamentario. Una ministra decía: “poder, ansias de poder”.

En fin al menos está preparado, algunos dicen que faltaría más que le viene de cuna, que para eso nos hemos gastado lo que nos hemos gastado, que así cualquiera,.. Ya, pero como soy de números amante de las letras, también tenemos unos déficit impresionantes, año sí y otro también; y no hay más que ver lo que cunde cuando salen sus responsables, o aspirantes a su gestión. Al menos a alguno da gusto verlo y a los otros, pues que vayan arreglándose, tanto el campo de batalla, como su presencia y su discurso.

NOTA 1:  ¿Con qué te quedas de la felicidad? ¡¡Precaución hasta el final, pero decídete!!