Resultó que, mientras boqueaba el siglo XIX, en España se empezó a llamar intelectuales a ciertos filósofos, escritores, artistas o científicos. El concepto, terriblemente escurridizo, agitó el avispero del debate. Y generó no pocas incomodidades y desdenes. Machado, el hermano de Manuel (Borges), en 1905: “Hoy queremos ser intelectuales, que es algo como no ser nada”; Ortega, en 1916: “En esta fecha en la que escribo, sépanlo los investigadores del año 2000, la palabra más desprestigiada de cuantos suenan en la Península es la palabra intelectual”. David Jiménez Torres (Madrid, 1986), investigador de nuestros días, doctor en Estudios Hispánicos por la Universidad de Cambridge y profesor en el Departamento de Historia, Teorías y Geografía Políticas de la Complutense, aborda en La palabra ambigua (Taurus, 2023) la cuestión –patria– de los intelectuales. La gestación de este interesante y documentadísimo ensayo, doy fe de ello, le ha llevado años. Su publicación justifica esta entrevista.
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