Amigos, lo prometido es deuda:

El pasado jueves nos reunimos auténticos campeones para decirle a Carlos: chaval, nos has dejado huella, y seguiremos en contacto.

Buenas viandas y licores. Comentamos, recordamos, vamos como si fueran las 14 h. de un día corriente, con la diferencia de la comida y el alcohol. También, como es costumbte nuestra solucionamos los problemas del mundo, nos enteramos de las últimas novedades; he hicimos peticiones al altísimo por si algo tocara.

Agradable velada. Esperaremos a la próxima.

Como viene siendo virtud en estas páginas hay un amable que envía un caso verídico. En este día fue el “aita” de Ainhoa. Aunque siendo de Bilbao……

Memorias de un jubilado:  (¿irá con segundas?)

 

La gente que todavía trabaja me pregunta a menudo que qué hago
diariamente, ahora que estoy retirado…

Pues bien, por ejemplo, el otro día fui a Bilbao y entré en el
edificio de usos múltiples de la calle Henao para presentar una

documentación; sin tardar en la gestión ni cinco minutos.

Cuando salí, un policía local estaba poniendo una infracción por
estacionamiento prohibido. Rápidamente me acerqué a él y le dije:
¡Vaya hombre, si no he tardado ni cinco minutos…!

Dios le recompensaría si hiciera un pequeño gesto para con un jubilado…
Me ignoró olímpicamente y continuó rellenando la infracción.
La verdad es que me pasé un poco y le dije que no tenía vergüenza.

Me miró fríamente y empezó a llenar otra infracción alegando que,
además, el vehículo no tenía la pegatina de la ITV.
Entonces levanté la voz para decirle que me había percatado de que
estaba tratando con un cabrón, que le habían dejado entrar en la
Policía porque no servía para otra cosa…

Él acabó con la segunda infracción, la colocó debajo del
limpiaparabrisas, y empezó con una tercera.
No me achiqué y estuve así durante unos 20 minutos llamándole de todo,
desde “sieso gilipollas”, hasta h. de p……
Él, a cada insulto, respondía con una nueva infracción.
Con cada infracción que llenaba, se le dibujaba un sonrisa que
reflejaba la satisfacción de la venganza…

Después de la enésima infracción… le dije: Lo tengo que dejar,
porque… ¡Ahí viene mi autobús!

Tenías que haber visto la cara de gilipollas que se le puso al municipal.

Desde mi jubilación, ensayo cada día cómo divertirme un poco.
Es importante hacer algo a mi edad, para no aburrirme.

 

Nota

Cuidado con intentar el uso indebido de todos los ingredientes de estas reflexiones.

 

Espero vuestros comentarios