Emilio Ontiveros, la luz fértil del Galbraith español

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Ontiveros nunca fue sectario. Era evidente que su pensamiento era el de un profesor progresista comprometido con el cambio social. Pero se hubiera traicionado, y nunca lo hizo, si en sus comentarios en radio o en prensa escrita hubiera querido introducir cuestiones marcadamente partidistas. Precisamente, porque eso es lo que nunca quiso inculcar en sus alumnos: los fundamentos y el análisis son las mejores herramientas para entender el mundo. Y Ontiveros no solo lo teorizó, sino que lo practicó.

Hace algo más de dos meses, en nuestro último almuerzo, todavía suspiraba por que hubiera más entendimiento en la clase política, porque sin entendimiento cualquier formulación teórica está condenada al fracaso. Sus alumnos, que son legión, lo entendieron.