11/08/10 Algo siempre tiene el agua cuando la bendicen
Lujo de titanes para poner freno al déficit público. Me comenta mi memoria, que la diferencia entre ingresos y gastos solamente existe por un error de cálculo. La contabilidad siempre cuadra, por lo tanto recurrir a un endeudamiento ficticio trae consigo un retraso en la crónica de una muerte anunciada. Nos preguntaban en los primeros años de estudios contables por qué el capital figuraba en el pasivo (ya saben aquello de derechos y obligaciones, ingresos y gastos, patrimonio,…); simplemente después de ciertas desilusiones se nos metía en el coco que efectivamente el capital no era más que una deuda existente por parte de la empresa con los dueños de la misma. Conclusión: algo se querrá cuando ponemos los cuartos a funcionar.
No me extiendo más sin ser experto en contabilidad pública ni presupuestaria, pondría a dos relevantes para que me solucionen el problema con sus respectivos equipos: profesores Velarde y Barea a funcionar. El huevo o la gallina me da lo mismo que lo mismo me da. Los equipos de intervención con las orejas tiesas. Facturas fuera de los cajones, albaranes al aire, concursos claros, claritos.. Departamentos con necesidades exactas, base cero desde el primer momento.
Qué fácil lo veo con la responsabilidad ajena, seguramente tengo alma de contable, gestor o meticuloso mediocre; ingenuo o personaje falto de ambición. Pero joder si a mí en mi casa me salen mis cuentas; aprieto por aquí, quito por allá, ¿por qué alguien siempre busca culpables: mercados, exterior, burbujas, huelgas salvajes, oposición, petróleo, dólar, especuladores…? Ya saben, como en la enfermedad o en la mecánica, el experto de confianza, cada uno el suyo. Ojo no quiere decir que acierten a la primera, pero algo siempre tiene el agua cuando la bendicen.
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